Prevención de “Escaras” o “Úlceras por presión”
(heridas en la piel debido a presión mantenida)
Las úlceras por presión son una de las mayores complicaciones al momento de cuidar a una persona que se encuentre en cama por largos periodos de tiempo.
Son áreas de piel lesionada que aparecen por mantenerse en una misma posición durante largos periodos de tiempo. En casos más graves, se puede ver dañado el tejido muscular e incluso los huesos.
Estas se pueden definir en cuatro categorías según su gravedad:
- Categoría I
Úlcera superficial, la piel se encuentra enrojecida o amoratada, además, puede doler y/o picar.
- Categoría II
La piel se encuentra dañada, existiendo una pérdida de tejido. Se aprecia una abrasión en la piel (similar a una rasmillada)
- Categoría III
Existe una pérdida del grosor total de la piel además de los tejidos que se encuentran debajo de ésta.
Los músculos y hueso aún no presentan daño. Tiene el aspecto de una herida profunda.
- Categoría IV
La piel está gravemente dañada y el tejido cercano se muere (Necrosis / piel ennegrecida) Puede existir un daño tejido muscular y/o de huesos.
Existe un alto riesgo de aparición de infecciones graves.
Los lugares más expuestos son aquellos que no están recubiertos por una cantidad importante de grasa corporal y además se encuentran en contacto con una superficie de apoyo (por ejemplo; una cama, una silla de ruedas, etc.)
PACIENTE EN CAMA:
- Hombros y parte alta de la espalda
- Codos
- Nuca
- Borde de las orejas
- Tobillos, talones y pies
- Genitales (hombres)
- Mamas (mujeres)
PACIENTE EN SILLA DE RUEDAS
- Zona Sacra
- Cóccix (parte final de la columna vertebral)
- Columna vertebral
- Escápulas / Omóplatos (huesos conocidos como “paletas” en los hombros)
- Parte trasera de brazos y piernas
Si luego de su aparición, no son tratadas adecuadamente, pueden deteriorar la piel de la persona hasta llegar a niveles mucho más profundos, incluso dañando tejido muscular u óseo.
Uno de los principales factores protectores al momento de prevenir la aparición de escaras, es el cambio de posición constante que debe tener la persona que se encuentra en cama. Este debe efectuarse durante el día, a lo menos, cada dos horas y durante la noche, cada 4 horas.
Los cambios de posición debe efectuarse teniendo el cuidado de no generar un arrastre de la persona por sobre la cama y siempre ayudándose con los dispositivos que se encuentren a su alcance (p.e: barandas, respaldo de cama, sábanas, entre otros).
Existen accesorios para la cama que son fundamentales a considerar al momento de tener una persona en cama bajo nuestro cuidado. Uno de ellos, es el colchón anti escaras, el cual alivia la presión que se ejerce sobre los puntos de mayor presión en el cuerpo (talones, zona glútea, columna sacra, codos, entre otros). Con esto, disminuimos las molestias que pueden existir debido a mantener una misma posición durante varias horas.
Es ideal que la condición del paciente sea evaluada por un profesional médico para determinar el riesgo que puede tener la persona de presentar estas lesiones y cómo tratarlas si es que ya se encuentran presentes, ya que existe un alto riesgo de infección y mayores complicaciones si no son intervenidas a tiempo con los implementos adecuados, ya sean cremas hidratantes para mantener la piel en un óptimo estado, o apósitos y pastas para tratar las escaras en sus diferentes etapas de evolución.